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martes, 8 de mayo de 2012

Un plato popular manchego: las migas

Un plato que, si bien no es exclusivo de la Mancha, es uno de los más tradicionales y característicos de nuestros pueblos.

¿Hay algo más agradable que una reunión de gente a la que quieres y con la que te sientes muy a gusto? Si además a esa reunión unimos el disfrute de una buena comida, el placer es doble. Yo me he juntado en muchas ocasiones con gente muy cercana en torno a una buena sartén de migas. Es  este un plato muy ligado a toda la tradición gastronómica española, pero que cobra especial relevancia en la Mancha. Tiene un origen humilde: era comida pobre de pastores que tenían que pasar muchos días en el campo, sin otra compañía que la de sus ovejas. Como no disponían de ingredientes variados, tenían que utilizar como base de su alimentación el pan, casi nunca recién hecho. Ahí está el origen de este modesto y sabroso guiso que hoy tiene el honor de no faltar en ningún restaurante que ofrezca comida típica manchega.

Para preparar las migas hay que disponer de una buena cantidad de pan atrasado. Si queremos prepararlas para cinco o seis comensales, habrá que disponer más o menos de un kilo. Es muy importante que el pan no sea reciente sino que, como decimos por aquí, tiene que estar sentao, esto es, que tenga dos o tres días. Si es un pan "moreno" tradicional de nuestros pueblos, mucho mejor. Además necesitamos una cabeza de ajos, un cuarto de litro, aproximadamente, de agua, unos 20 centilitros de aceite y sal.


Picaremos el pan en cuadrados pequeños el día anterior a la preparación. De este modo no se perderá mucho tiempo a la hora de cocinar el plato. Una vez que tenemos troceado el pan, partiremos los ajos por la mitad sin pelar. Prepararemos una buena lumbre de leña -también se pueden hacer en cocina de gas o vitrocerámica pero es obvio que no saben igual- en la que colocaremos las trébedes, y sobre ellas la sartén con el  aceite. Cuando esté caliente, echamos los ajos, los sofreímos y retiramos la sartén hasta que el aceite se enfríe un poco. Añadimos el agua y la sal y lo mezclamos bien. Llega el momento de zambullir las migas en el caldo, removiendo bien con la paleta, para que la mezcla sea uniforme. La cuestión ahora es dar vueltas hasta que estén doradas. La última vuelta, cuando ya vemos que están a punto, se les da con la sartén en el aire. Hay que tener, para esto, mucha habilidad y maestría. Las migas han de acompañarse de torreznos, ajos asados, pimientos verdes y rojos secos, sardinas, chorizos, e incluso uvas o melón. Todo esto, salvo la fruta evidentemente, ha debido freírse previamente. Lo más típico es comerlas directamente de la sartén, colocada en el suelo, y situados los comensales en corro en torno a la misma: “¡cuchará y paso atrás!".

En la Mancha, no sé en otras regiones, existe una variedad de comer las migas: las migas canas. Lo sobrante en la sartén se aprovecha para el postre. Se retiran los ajos y los restos de otros ingredientes, y se añade leche al gusto, también azúcar si se quiere. No hace falta explicar el porqué de su nombre.

No hay festejo popular, romería  o reunión social en las tierras que hollara el caballero de la Triste Figura en la que no esté presente una buena sartená de migas. Son el complemento ideal de estas fiestas, que tienen “mucha miga”. Y es que “no con palabras, sino con migas, se llenan las barrigas”. Allí sí que se hacen “buenas migas”, ¡pobre del que no las haga! Traen alegría a raudales: “migas con tropezones, alegran los corazones”. Y no hay que despistarse, que vuelan; porque ya se sabe: “ya están las migas en la poyata, y el que se descuida no las cata”. Y después de yantar, a bailar y a saltar hasta quedar “hechos migas”. 


Fuente foto: http://www.wikipedia.org/

12 comentarios:

  1. Me ha encantado leerte, como siempre.
    Este tema me atrae porque en mi casa siempre tiran indirectas poara ver si me animo con eso de las migas.Y es que mi marido las comía de pequeño en su pueblo. Claro, yo me hago la remolona porque soy mala cocinera y sólo me arriesgo con lo que sé que me ha de salir bien.
    He leído tu receta, pero seguro que no saldrían igual.
    Pensaba en lo que tú dices de comerlas en una reunión de amigos...Yo pondría ingredientes, vino, la mesa de mi casa ...y llamaría a amigos comunes....con la condición de que tú cocinaras esas migas; eso sí, tendría que ser en cocina de gas.
    Un abrazo, amigo.

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    1. Pues Elvireta, yo sé mucho de la teoría, pero no de la práctica,jeje. No sé si me atrevería a hacer esas migas en la reunión de amigos, porque quizás nos quedaríamos sin comer... Quizás tendríamos que dejar el honor de la cocina a ese vigía que seguro que es un buen cocinero. ¡Gracias por estar ahí!

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  2. ¡Qué buena pinta! Un plato económico, que sirve para aprovechar el pan de días anteriores, con un protocolo que invita a la conversación y encima exquisito. La socieda actual necesita buenas migas. Prometo intentar cocinarlas un día.

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    1. Desde luego que sí, amigo Vigía, otro gallo nos cantara si todos hiciéramos "buenas migas" con todos. Un saludo afectuoso y mucho ánimo.

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  3. Viajero, si tuviéramos de cocinero al vigía del faro, seguro que "tendríamos buenas migas" y "haríamos buenas migas".

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  4. A nosotros también nos gustaría probar esta migas que tan buena pinta tienen.

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    1. Pues nada, la próxima vez que coincidamos las probaremos. Abrazos para los dos.

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  5. A mi me encantan las migas, en casa las hago siempre que el cajón del pan me lo reclama..jejej y es que no hay nada como hacer buenas migas. Saludos a mis migas y migos...jejej B7s.

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    1. Saludos para ti, Moli, ¡cuanto me gustaría probar tus migas! seguro que están exquisitas.

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  6. Pós yo aquí discrepo con todos. No por el escrito, bonito y ameno de leer como siempre en nuestro amigo Viajero, sino por las Migas en sí. Lo siento, pero ni manchegas, ni castellanas, ni madrileñas, no me terminan de entrar. Y ustedes ya creo que me conocen, que me gusta ese dicho de que "Allá donde fueras haz lo que vieres" ....... "y pruebes de lo que hagan", añado yo. Pero ..... ¡¡¡mira que he probado cantidad de veces las migas, pero no termino de que me gusten!!!. De todas formas, sigo en el empeño, jeje. Un abrazo a todos, especialmente al Viajero. Bss.

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  7. Vaya, vaya, Carmen, ¡que no hay forma de que te gusten las migas, jeje. ¡Con lo ricas que están. Bueno, ya sé que hay otros platos de mi tierra que te encantan... En cambio a mí me encantó el gofio que probé este verano en tu isla. ¡Qué rico! Es una pena que aquí no podamos comprarlo. Besos.

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  8. Bueno antes se hacían así exactamente. En casa, de mis padres quiero decir, las comí muchas veces, las migas canas, que me gustaban mucho de niño también las comí, aunque muchas menos veces.

    Yo que de tarde en tarde me meto en la cocina, la que guisa es mi Nani,mi mujer; de forma excepcional y como ya he dicho antes, de tarde en tarde, hago una paella o un guiso de rabo de toro, o de carne de jabalí, en tiempo de caza, o una tortilla, esta con cierta frecuencia. Aprendí a hacer migas hace un par de años, las dos primeras veces no me salieron demasiado bien, después ya fui todo un profesional y me salían muy ricas, lo malo es que hace mucho tiempo que no las hago y ya veremos como me salen las próximas, que espero no tardar mucho en hacer.

    Claro que yo el pan lo compro en Mercadona ya desmigado y los ingredientes vienen a ser los mismos que tu indicas; le echo de todo, hígado, panceta, (torreznos) chorizos, sardinas y uvas; melón no. y las hago en la vitrocerámica. Saludos de Faustino: http://puertoviajaciones.blogspot.com.es/

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