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jueves, 19 de enero de 2012

Enhorabuena, Mario. ¡Por fin!

En octubre de 2010 nos enteramos de una buenísima noticia para las letras hispánicas: la Academia Sueca había otorgado el premio Nobel de literatura a Mario Vargas Llosa. En aquel momento, no me resistí a la tentación de escribir algo sobre la concesión de este importante galardón. Y aquí os lo presento. Perdonad la poca actualidad del asunto, pero me he acordado de este escrito hoy al oír en las noticias que Vargas Llosa ha sido propuesto para dirigir el Instituto Cervantes. Sería un buen director, ¿verdad?

Y es que Mario Vargas Llosa es uno de mis escritores preferidos. Hace ya mucho tiempo que lo conocí. Eran los primeros ochenta. Yo cursaba segundo de bachillerato; ¿recordáis aquel Bachillerato Unificado Polivalente, B.U.P.? Yo soy de esa generación. Fui del grupo de adolescentes que casi inició ese nuevo ciclo de enseñanzas hoy desaparecidas. Ya sólo la gente de cierta edad, en estos últimos años en los que hemos asistido a un baile vertiginoso de programas educativos, se acuerda del B.U.P y el C.O.U. Pues yo estaba en 2º de B.U.P. Y en la clase de literatura la profesora nos dio una lista de libros bastante considerable, que iban a ser las lecturas obligatorias de la asignatura -¡cómo han cambiado los tiempos...!-. Entre ellas nos advirtió que había dos libros de autores hispanoamericanos -no hacía mucho que estos nuevos creadores habían conmovido el mundo editorial español con su feliz "boom"-; estos libros eran: El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez, y el que iba a ser uno de los libros que más me impactaron en mi juventud: La ciudad y los perros.

La historia me fascinó. Rápidamente ingresé en el Colegio Militar "Leoncio Prado", donde se desarrolla gran parte de la novela, y viví las vicisitudes de sus alumnos; me indigné con las vejaciones a que era sometido el pobre Ricardo Arana, el esclavo, que era vilipendiado por todos, y casí lloré -soy de lágrima fácil- con su injusta muerte. Como me gustó tanto la obra, no tardé mucho tiempo en conseguir la que, según me decían en clase, era la obra maestra del autor por aquellos años: La casa verde. Me pareció una novela bastante más compleja que la primera, pero a pesar de las dificultades que encontré en la misma -recordad que apenas tenía 16 ó 17 años- tenía algo de fascinante que me enganchó. Recorrí las calles de Piura y asistí a la ruina y el resurgimiento del burdel que don Anselmo fundara en la ciudad, y conocí a Lituma -que después pasearía por los Andes-, Bonifacia y Fushía. No podía quedarme ahí: había que seguir leyendo a ese autor; después siguieron Conversación en la catedral, La tía Julia y el escribidor, La guerra del fin del mundo, La fiesta del chivo, Travesuras de la niña mala... Y así hasta ahora, fecha en la que hemos recibido la grata noticia, y en la que espero ansiosamente la aparición de su próxima obra El sueño del celta, basada en la vida de un personaje real: Roger Casement, defensor acérrimo de los derechos humanos en África central, y que será publicada por Alfaguara a primeros de noviembre (qué lanzamiento tan oportuno en estas fechas, y qué publicidad gratuita para la editorial, ¿verdad?)

Oía este mediodía una de las primeras entrevistas que ha concedido tras conocer la noticia el autor. Se encontraba en Nueva York, donde imparte estos días unas clases magistrales -¡nunca mejor empleado el término!-. Con gran sencillez, y creo que algo de falsa modestia, ha confesado que ya no esperaba este premio: ya no contaba con ello porque su nombre no aparecía en la lista de candidatos. Efectivamente, Vargas Llosa ha sido muchos años el eterno candidato. Por eso el que reciba este reconocimiento mundial ahora cuando todavía se encuentra en plenitud de facultades, es algo grande. Ha comentado que cuando le llegó la noticia -eran las cinco y media de la madrugada-estaba leyendo El reino de este mundo de Alejo Carpentier. ¿Qué mejor actividad puede imaginarse para un escritor cuando no está escribiendo? Y ha añadido algo que realmente me ha emocionado: más que por él, se alegraba enormemente por la lengua en la que escribe, tan rica, múltiple y diversa, y su inmensa literatura.

Realmente se ha hecho justicia con uno de los nuestros. Y es que Vargas Llosa lo es. No solamente porque, además de la peruana, tiene ya hace muchos años la nacionalidad española, cosa que también es muy importante; sino porque pertenece a esa grande y entrañable comunidad que sentimos tan cerca y dentro de nosotros, como es la iberoamericana. Estoy convencido de que ese sentimiento no existe entre los millones de angloparlantes del mundo. Un inglés o un americano no creo -quizás sea muy osado este aserto- que se emocione y considere como suyo un premio o reconocimiento que reciba un escritor sudafricano o australiano, aunque compartan la misma lengua. La comunidad hispana mantiene lazos más estrechos, lazos que hacen a nuestros hemanos del otro lado del Atlántico llamar "madre patria", a una España que no siempre se ha portado como tal con ellos.

Ha dicho Vargas Llosa que la literatura no puede ser gratuita, una mera invención, sino que tiene que estar enraizada en una problemática concreta. Y realmente sus libros tienen mucho que ver con la realidad, con su infancia y juventud en Perú -"lo que escribo es el Perú", afirmó en numerosas ocasiones-, con sus estancias en Europa. La realidad social se palpa en sus novelas. Su crítica contra las injusticias políticas y sociales están siempre presentes. Pero además para el autor la literatura es diversión, algo que le mantiene vivo y le da fuerzas para continuar. También nos hace seguir adelante a nosotros, impulsándonos con su prosa a ser un poco más buenos y a vivir un poco mejor.

Me ha alegrado muchísimo la noticia que nos ha llegado hoy. También estarán dando saltos de alegría en su mundo de ficción todos los personajes que han surgido de su imaginación. Y seguro que Ricardo Arana, el esclavo, cuya vida triste tanto me emocionó en su momento, hoy es incluso capaz de enfrentarse y vencer a todos los compañeros que le hacían la vida imposible, incluso al temido Jaguar. Enhorabuena, Mario, ¡por fin!



Fuente imagen: wikipedia.org

5 comentarios:

  1. Sería un Director con mayúsculas, ¡lástima que no ha aceptado!.
    ¿Sabes que no he leído "La ciudad y los perros? Cuando vuelva a casa será lo primero que haré: buscarlo en la biblioteca del pueblo.Tengo que subsanar este fallo; ya te diré si me ha gustado.
    Saludos cariñosos.

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  2. Desde luego que lo sería... Pero bueno, al no aceptar este puesto, que tiene un poco de político, podrá dedicarse en cuerpo y alma a lo que más le guata -y a nosotros- que es la creación literaria.
    Un beso.

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  3. Y eso, ya ne contarás si te ha gustado la primera obra de Vargas Llosa. Seguro que sí, aunque es un pcoo tristona...

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  4. En estos momentos el Premio Nobel de Arequipa, aparece en los medios, sobre todo en televisión, por temas que poco tiene que ver con su gran valía y talento como escritor. Pero esto es otra cosa; tengo que decirte que yo también me emocioné con La ciudad y los Perros y me devoré el libro en un santiamén, he leído todos los libros que relacionas en tu escrito y quizá alguno más y por supuesto pasó a ser mi autor favorito. Un saludo de Faustino: http://puertoviajaciones.blogspot.com.es/

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  5. En estos momentos el Premio Nobel de Arequipa, aparece en los medios, sobre todo en televisión, por temas que poco tiene que ver con su gran valía y talento como escritor. Pero esto es otra cosa; tengo que decirte que yo también me emocioné con La ciudad y los Perros y me devoré el libro en un santiamén, he leído todos los libros que relacionas en tu escrito y quizá alguno más y por supuesto pasó a ser mi autor favorito. Un saludo de Faustino: http://puertoviajaciones.blogspot.com.es/

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